jueves, 22 de marzo de 2012

What keeps mankind alive?

Hace mucho que no actualizo, y esta actualización es bien poco actual. El garabato lo hice hace mucho, cuando tenía tiempo para dedicar a hacer retratos aproximados y dudosos homenajes a gente que mola en preparación de espectaculares animaciones que seguramente nunca ocurrirán. Afortunadamente para este post, desgraciadamente para todos, la balada de la pregunta ¿qué mantiene con vida a la humanidad? sigue  y seguirá teniendo la misma respuesta.



La declamación que hizo William S. Burroughs de esta poesía de Bertolt Brecht es la que me dio ganas de animarla y a la que corresponde la ilustración de arriba. Escuchadla, espeluzna todo lo espeluznable.




sábado, 31 de diciembre de 2011

2012




De un tiempo a esta parte, se ha estado hablando bastante del hecho de que el calendario maya, cuya existencia nos era totalmente indiferente a la mayoría de los mortales hasta hace aproximadamente un año, deja de contar en el 2012. Alguna gente (que sospecho pertenecía a ese amplio grupo que jamás se había planteado cómo contaban los mayas sus días y meses y años), asumió que los mayas estaban muy en el ajo y sabían que el mundo se acabará exactamente el 21 de diciembre del año 2012, el que empieza en unas horas. En vez de pensar, qué sé yo, que se cansaron de tanto tallar glifos y decidieron que ya si eso lo continuarían en caso de que se siguiera usando el mismo sistema organizativo del tiempo en el siglo XXI y que por ahora podían tomarse la tarde libre y sacrificar un par de vírgenes o lo que sea que hicieran los mayas para relajarse.

Todo esto me ha hecho pensar últimamente en el Fin del Mundo un poco más que de costumbre. Pienso bastante en el Fin del Mundo porque soy una optimista y una romántica, y, a pesar de todos los indicios en contra, cada vez que sale una profecía nueva diciendo que el mundo se acaba el martes que viene, me hago ilusiones. Porque el caso es que me gustaría mucho estar presente. Y si lo pensárais, a vosotros también. 

Lo que jode de morirse son las cosas que no vas a poder hacer, sobre todo si te pilla en mal momento, lo cual ocurre prácticamente siempre que mueres sin a) estar muy muy enfermo y sin esperanza de curación o b) suicidarte.



En cambio, si te mueres aprovechando el Fin del Mundo, pues tan felices. Si es que aunque sobrevivieras no ibas a tener a nada que hacer...

También tengo curiosidad por ver qué es lo que finalmente termina con el planeta. Aunque llegados a este punto, debo reconocer que casi mejor que me quede con la duda, porque después de H.G. Wells y Lovecraft y la Biblia y Hollywood, presiento que el Apocalipsis me iba a decepcionar. Y, francamente, para que ni lluevan ranas ni peces ni sangre ni hiervan los mares ni tiemblen los muros de Jericó ni las estrellas se alineen y los oscuros dioses olvidados retornen a devorar a todo bicho viviente, mejor me quedo en casa.

En fin. Os deseo un feliz 2012 y un Apocalipsis que esté a la altura de vuestras expectativas, sean cuales sean. Excepto si incluyen el romper de huesos y rechinar de dientes de los injustos. Por si acaso.


(Este artículo de Luis Alfonso Gámez nos ilustra sobre algunas cosas que se han dicho que iban a pasar y no pasaron, sobre otras que se piensa que pasarán pero probablemente no y otras cuantas que sí que pasarán, pero dentro de mucho, cuando seguramente no quede nada que podamos reconocer como humano en la Tierra (esto último lo digo yo, no él, así que ni caso). Seguro que os interesa.)


domingo, 27 de noviembre de 2011

willkommen, bienvenue, welcome

Damas y damos, caballeros y caballeras, ya está aquí, ya ha llegado, justo lo que necesitábamos


Que por qué? 
Me alegro de que me hagáis esa pregunta.

Ilustro cosas. Hace más o menos dos semanas me hicieron mi primer encargo como debe ser (es decir, pagándome): un número determinado de ilustraciones a entregar en un plazo que rozaba lo imposible (me he estado informando y tuve suerte, al parecer la mayoría de los plazos pasan de largo de la línea de lo humanamente posible y se quedan mirando cómo se va haciendo pequeña en el horizonte mientras se ríen malévolamente por lo bajo). El proceso fue básicamente como sigue:

1ª fase: euforia creativa, chapucismo extremo, multifuncionalidad peligrosa, devoración compulsiva de aceitunas, desarrollo espontáneo de brazos extra, planificación automática del futuro a medio plazo.


Esta fase duró exactamente una semana de 8 días, coincidiendo con la duración del plazo de entrega y el principio de la


2ª fase: Entrega.

3ª fase: despresurización, alivio, alegría, apreciación desproporcionada de los placeres del tiempo libre.Se inicia en el momento en el que se cierra la puerta después de haber entregado hasta, aproximadamente, día y medio después. En ese momento comienza la



4ª fase: el vacío.


Los humanos somos un asco y somos capaces de echar de menos cosas por cuyo fin rezábamos a Kali la diosa de innúmeros brazos. El espacio dejado en mi horario por el trabajo terminado a marchas forzadas se ha llenado, en vez de con las mil y una otra obligaciones aplazadas para hacerle sitio, con la Nada. La Nada con mayúscula, la Nada soposa y ladrona de almas de la Historia Interminable. Esa Nada.

Cuando empezó todo, estaba bastante ocupada, me dieron más todavía que hacer, y todo fue bien. Así que he llegado a la conclusión de que si hago cosas, por estúpidas que sean, podré volver al estado de ánimo necesario para hacer las cosas (en su mayoría, igualmente estúpidas) que TENGO que hacer. El siguiente paso lógico fue decidir abrir este blog.

Hay otro motivo. 

Hace muchos años un chaval muy listo me dijo que



y tenía más razón que un santo señor que tuviera muchísima razón.

Así que, también, para que no se pierdan para la posteridad esas triviales anécdotas que ocurren en su mayoría dentro de la propia cabeza mientras se miran las musarañas y que hasta ahora sólo conocemos yo y el velocirraptor que me corta el pelo a mordiscos (al cual le cuento absolutamente todo), aquí está, que ya ha llegado, justo lo que necesitábamos...

Gracias a todxs por venir.